¿COMO AMARME, ACEPTARME Y RESPETARME? (EXTRAÍDO DE UN MENSAJE DE GILDY)
Había una vez una mujer que se retiro a una cueva en las montañas con un gurú. Quería, decía ella, aprender todo lo que pudiera saber. El gurú le dio montones de libros y el dejo solo para que pudiera estudiar. Cada mañana, el gurú regresaba a la cueva a verificar el progreso de la mujer. En su mano llevaba un pesado bastón de madera. Cada mañana le hacia la misma pregunta: “¿Ya has aprendido todo lo que se puede saber?” Cada mañana, la respuesta de ella era la misma: “No”, decía, “no lo he hecho”. El gurú entonces le pegaba en la cabeza con su bastón.
La escena se repitió durante meses. Un día el gurú entro en la cueva, hizo la misma pregunta, escucho la misma respuesta y levanto su bastón para pegarle de la misma manera, pero la mujer cogió el bastón del gurú, parando su golpe en el aire.
Aliviada de haber dado fin a los golpes cotidianos, pero temerosa de la represalia, la mujer volvió la vista hacia el gurú. Para su sorpresa, el gurú sonrió: “Felicidades”, le dijo, “te has graduado. Ahora sabes todo lo que necesitas saber”.
“¿Como es eso?” Pregunto la mujer.
“Has aprendido que nunca aprenderás todo lo que se puede saber, le contesto, “Y has aprendido a parar el dolor”.
Parar el dolor, para el sufrimiento, parar la agonía y valoración al victimismo, el chantaje y la serie de emociones que nos llevan al dolor. De eso se trata amarse. Durante la vida se nos enseña que el dolor, sufrimiento y enfermedad es la recompensa y el camino al cielo. Pero gran mentira, NO HAY CIELO. Así como no puedes ver ni palpar el futuro, tampoco el cielo. PORQUE EL CIELO ES UN ESTADO MENTAL AQUI Y AHORA. El cielo, la ascensión, la resurrección y lo que hemos aprendido de ello se ha malinterpretado, y no nos meteremos a este tema, solo que nos sirva de referencia para preguntarte: ¿estoy creyendo en una ilusión? ¿Estoy dejando que las personas pasen de mi, sobre mí, y experimentar dolor por sus invitaciones a sufrir, pensando en que después vendrá la recompensa? te has preguntado, ¿y si, no hay recompensa? ¿Cuál sería tu recompensa?
Si hasta este momento has sufrido y te has dolido por tu vida, ¿cuál sería la recompensa que pedirías? Piénsalo…
Seguro la respuesta tiene que ver con actitudes y acciones o cambios que deseas que las demás personas hagan, y tiene que ver con la necesidad de reconocimiento y afecto.
La misma historia se repite en donde sea que vas. Y eso es porque no sales de ti mismo.
La historia es una parábola y hace referencia a “no puedes saber todo”, que un significado de ello sería: No puedes hacer que las personas cambien, sean como tú quieras, hagan lo que tú deseas, y siempre estén dándote lo que tú quieres.
Y también refiere a “aprender a parar el dolor”, que significa acepta las cosas y las personas como son, pero no sufras
en la aceptación esta la paz. Seguramente en pensar en la recompensa que deseas por tu sacrificio, la paz, ocupa un lugar lejano. Porque piensas que la paz está en otros, en lo que hagan para pagarte tu sacrificio, tu amor, tu fidelidad…
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